Hace algunas semanas comencé a pensar en cómo mediar la lectura de la novela Las ventajas de ser invisible (2012) de Stephen Chbosky en la biblioteca escolar (educación media/secundaria). Era evidente que el enfoque de una breve actividad debía apuntar al interés de los/as lectores/as de la comunidad escolar ¿Cómo mediar un éxito de ventas? fue mi primera inquietud.
El foco estaba en descubrir una temática que conectara al alumnado y les hiciera reflexionar. A partir de estas inquietudes es que modelé una biblioactividad (así las llamo y así se han hecho amigos/as de mis mediaciones en torno a la lectura) que pusiera el acento en la relación del protagonista con la lectura, puesto que es un aspecto que resalta fácilmente.

Fuente: https://cutt.ly/PwrjZwT
1.La figura del mediador de la lectura en Las ventajas de ser invisible.
Antes de contarles la actividad que realicé en la biblioteca escolar (BE), quisiera detenerme en la figura del mediador/a de la lectura. En la novela se ve representada fielmente a través del profesor Bill Anderson quien, además de ser docente, es un puente entre Charlie y los clásicos de la literatura norteamericana.
No tengo mucho tiempo porque mi profesor de Literatura Avanzada nos ha mandado un libro para leer y me gusta leerme los libros dos veces. Por cierto, el libro es Matar a un ruiseñor. si no lo has leído, creo que deberías hacerlo, porque es muy interesante (Chbosky 17)
Mediante las cartas de Charlie es posible visibilizar su trayectoria como lector y los distintos mecanismos que emplea su profesor para que él se sumerja en la lectura y escritura. Además, sin saberlo, Charlie se transforma en un mediador que invita a leer las obras que va relatando en sus cartas a los/as lectores/as.
Para Pedro Cerrillo es de primera necesidad la formación de un ciudadano lector competente, crítico de lo que lee porque es la única manera de desarrollar la competencia lectora en el siglo XXI (1). Claramente el desarrollo, así también como la educación, ha de ser mediada por un profesional competente y hábilmente capacitado para ser un puente positivo para quienes se encuentran en una etapa de adquisición de habilidades (y competencias) como es la lectura.
Esa competencia lectora es la que hará posible, además, el paso a la «competencia literaria», que es la competencia que permite a la persona ejercer la libertad de la palabra y las ideas, por medio de la que podrá construir significados propios, que pueden ser contrarios a los que le son impuestos desde cualquier instancia o institución (Cerrillo 1)
Charlie explora desde distintas novelas y reflexiones la recepción de la obra leída. Este ejercicio le permite recibir retroalimentación de su maestro y recomendaciones para próximas lecturas. Es su madre quien se entera de estas actividades y le pregunta por qué Bill (el profesor) no lo promueve de nivel en Literatura de segundo a tercero. Resulta interesante la respuesta que proporciona el docente: «Y le conté que Bill dijo que esas eran básicamente las mismas clases aunque con libros más complicados y que aquello no me ayudaría a mejorar» (Chbosky 18). En efecto, como un buen mediador de la lectura es muy importante respetar la trayectoria de cada lector y no forzar el avance, porque es posible cometer errores como, por ejemplo, frustrar una lectura y a un/a lector/a. Es certera la afirmación que nos proporciona Cerrillo durante la conferencia «Sociedad y lectura. La importancia de los mediadores en lectura» cuando dice que el lector no nace, se hace; pero el no lector también (2). Entonces ¿cuáles son las características que «debería» tener un/a mediador/a en lectura? y específicamente ¿Por qué podemos afirmar que el profesor Bill es un mediador en la novela estudiada?
Me apoyaré en el ejemplo de Bill para aplicar lo que «debiera ser» un/a mediador/a de la lectura de acuerdo a lo que establece Pedro Cerrillo. Antes de continuar, es menester señalar que no existen moldes ni fórmulas para «ser o no ser» mediador/a de la lectura, puesto que cada contexto es heterogéneo y diverso en Chile y Latinoamérica. Volvamos a la figura de Bill como un mediador especializado en Literatura, se puede afirmar que es un lector habitual y está plenamente convencido de las bondades de la lectura. Sin duda no podemos cuestionar que un mediador como Bill cree firmemente en su trabajo como puente entre sus estudiantes y las obras leídas, por lo tanto, se constituye como un facilitador del proceso lector y las habilidades que facilitan la lectura y escritura (junto con la reflexión). El docente es conocedor de un canon de lecturas literarias (clásicas de la literatura norteamericana) que pueden ser iniciáticas en la formación literaria de un/a joven más allá de las sugeridas en el curriculum escolar (Cerrillo 4). En síntesis, se presentará el conjunto de competencias que se pueden apreciar en el personaje analizado y además se sugieren capacidades, voluntades, actitudes y «requisitos» que debieran dotar a los/as mediadores/as en lectura:
Ser un/a lector/a habitual, convencido de las bondades de la lectura
Conocimiento del grupo y capacidad para promover su participación
Una dosis de imaginación y creatividad
Creer en su trabajo de mediación con compromiso y entusiasmo
Capacidad para acceder a información suficiente y renovada
Conocimiento del contexto de procedencia de los destinatarios ¿Quién es mi audiencia?
Poseer formación literaria que posibilite conocimientos acabados en cuanto a temáticas como: proceso lector, canon de lecturas, teoría y práctica en cuanto a las técnicas de animación lectora, LIJ, por mencionar algunas.
Cerrillo (4)
¿Cómo es tu relación con la lectura?
A partir de la reflexión realizada en torno a la figura del mediador de la lectura, se realizó una actividad en la biblioteca escolar (BE) que consistió en una socialización de la novela Las ventajas de ser invisible que buscaba reflexionar sobre la relación que tiene el alumnado con la lectura. Se les preguntó a los/as estudiantes si en su entorno más cercano había un personaje como Bill que promoviera la lectura con ellos/as. Lamentablemente, una mayoría no tenía en sus vidas a un/a mediador/a de la lectura en mente y no supo responder concretamente quien ejercía ese rol en sus vidas.
Posteriormente, escribieron en una hoja adhesiva de color cómo era su relación con la lectura. Les muestro en el resultado en la siguiente imagen:

El ejercicio de escritura sirvió para sondear la vinculación con la lectura que tiene el alumnado de segundo medio y los fundamentos que ellos/as proporcionaron al respecto. Los resultados de la actividad podrían ser material para otra publicación, sin embargo, existe la necesidad de que el promotor/a de la lectura no se encuentre solamente en la biblioteca escolar o sea principalmente una «tarea» del grupo docente de Literatura. Todos/as son mediadores de la lectura y esta actividad se puede cultivar día a día con pequeños y significativos gestos que plantan la semilla en los/as lectores/as del futuro.
¿Cuáles son sus estrategias para fomentar la lectura en sus contextos (familiares, laborales, docentes)? Los/as leo en los comentarios y no olviden seguir nuestro perfil de instagram @paislector.cl
Bibliografía:
Cerrillo Torremocha. «Sociedad y lectura. La importancia de los mediadores en lectura». Conferencia Fundación Gubelkian: Lisboa, enero 2009.
Chbosky, Stephen. Las ventajas de ser invisible. Santiago: Aguilar Chilena Ediciones, 2012.