Obra de cabecera:  Juan Lascano, Invierno, 1990, óleo sobre tela, 153 x 113

El presente trabajo busca reflexionar respecto al actual contexto de pandemia global desde la aproximación que plantea Byung Chul-Han en La sociedad del cansancio. Posteriormente, se propondrá un camino posible para afrontar dicho escenario, con especial énfasis en la promoción y mediación de la lectura, por medio de ejemplos concretos que pueden guiar u orientar a quienes se desempeñan como educadores/as o promotores/as de la lectura. Para finalizar, se reflexiona respecto a la paradoja de la libertad en medio del encierro voluntario y cómo la lectura se presenta como una acto liberador.

La pandemia global, más conocida como Covid-19 en el año 2020, ha podido develar una existencia de la cual pocas personas han sido tan conscientes: el ser humano vive inmerso en una sociedad del cansancio en donde supuestamente es libre. Byung Chul-Han señala que el ser humano se ha desplazado desde un siglo viral-bacteriano (siglo XX), caracterizado por enfermedades que afectaron principalmente al sistema inmune, hacia uno de carácter neuronal (depresión, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, trastorno límite de la personalidad y síndrome de desgaste ocupacional). La razón que asocia al padecimiento actual es el exceso de positividad, es decir, la libertad de acción (dentro del contexto neoliberal), por lo tanto, ejemplifica por medio del mito Prometeo Encadenado para decir que el sujeto contemporáneo del siglo XXI se violenta a sí mismo y está en guerra consigo mismo. En este sentido, el exceso de positividad conlleva a que el hombre esté constantemente sufriendo cuando el águila come su hígado que es su propio alter ego. Las tendencias de la sociedad actual están vinculadas a la lógica del rendimiento y la constante saturación de la vida laboral (el águila), es decir, sujetos enajenados en trabajos que se vinculan a un modelo económico determinado. De esta manera, el sujeto vive para producir y consumir; en esta operación constante se olvida de sí mismo dejando poco espacio para la meditación y reflexión dice Byung Chul-Han.

En pocos meses hemos transitado desde una “libertad” a una cuarentena voluntaria y cabe preguntar ¿cómo nos afecta este proceso? ¿cómo afecta a los/as estudiantes el encierro? ¿acaso retrocedimos desde la sociedad del rendimiento a la sociedad disciplinaria? El modelo que describe Foucault está compuesto por instituciones ligadas al poder, en la lógica de vigilar y castigar, como medio de control disciplinario (hospitales, psiquiátricos, cárceles, cuarteles y fábricas). Por lo tanto, las personas que vivieron en la sociedad disciplinaria eran consideradas sujetos de obediencia, puesto que el sistema se mantuvo en cuanto se siguieran las reglas impuestas, de lo contrario el castigo era ser excluido del modelo. Para Byung Chul-Han la sociedad disciplinaria habría mutado hacia una sociedad del rendimiento (positividad), puesto que los mecanismos han cambiado en cuanto a espacios simbólicos como, por ejemplo, la presencia de gimnasios para liberar el estrés que dicha sociedad impone por medio de la carga laboral que se desempeña en torres de oficina y grandes centros comerciales, por mencionar algunos. Las personas ya no serán consideradas como sujetos de obediencia, sino más bien como sujetos de rendimiento en un sistema que premia la hiperactividad y la producción laboral (multitasking).

Hace algunos meses el mundo se detuvo, la vida es eterna en cinco minutos como cantó Víctor Jara, y esos espacios simbólicos desaparecieron dando origen a nuevas prácticas que han resignificado lo cotidiano. Se ha visto, con gran pesar, que Latinoamérica no se encontraba preparada para enfrentar un virus que dejó al descubierto la problemática asociada a la vulnerabilidad social en todas sus dimensiones. En el plano educacional, se ha descubierto que no hay redes de conectividad para asistir a clases virtuales y tampoco herramientas para acceder a una educación de calidad, puesto que muchos/as estudiantes no cuentan con computadores ni acceso a internet en sus casas. En analogía, se podría decir que los/as alumnos/as no tienen un medio que les transporte a la escuela, igualmente como sucede con estudiantes de localidades rurales, y eso sería el internet.  Los y las estudiantes se quedaron sin “respiradores educacionales” (García y Martín) y sobreviven quienes tienen más y mejores recursos para llevar a cabo con éxito el proceso de enseñanza-aprendizaje, en la medida de lo posible y confiando que el virus se vuelva buena persona. El escenario permea más allá de los “clientes” o usuarios del sistema escolar, puesto que la vida del docente se ha visto afectada también en un ambiente de precariedad laboral que, en algunos casos, conlleva más horas de trabajo en su casa en dobles o triples jornadas laborales. También hay escenarios que han mostrado una realidad aún más precaria: la ausencia de capacidad para innovar en el área educativa ¿cómo enseñar en el siglo XXI? ¿en qué consiste la educación a distancia? Salir de la clase expositiva, dejar de lados los PPT y las guías es cruzar desde un lugar seguro, zona de comodidad, a una isla en medio del océano; salir de los OA de un programa de estudio a un trabajo más holístico y de apoyo emocional puede ser un riesgo poco atractivo en contextos como estos. En consecuencia, es posible visibilizar a un fantasma que venía deambulando hace algunos años en el área educacional, sin embargo, un microscópico virus activó el mecanismo de la creatividad que, en muchos casos, ha sido exitoso.

En este contexto es que se presenta la promoción de la lectura y el acto de leer como  espacios de reflexión y apoyo emocional en tiempos difíciles. Se ha podido evidenciar que el virus no se ha transformado en buena persona, sino que en un agente que ataca a todos/as por igual, pero especialmente a quienes se encuentran más vulnerables en nuestra sociedad. Es cierto que el virus no conoce razas, clases sociales u otras nomenclaturas de exclusión social, sin embargo, se ha podido evidenciar que la enfermedad ha dado cuenta de cuán vulnerable puede ser una persona en países cuyos servicios de salud están altamente precarizados o que para asistir a clases se debe contar con banda ancha de buena calidad y un computador portátil.

En el escenario descrito con anterioridad, la promoción de la lectura y el acto de leer pueden dar origen a un lugar de comodidad y de “aislamiento mental” desde la perspectiva que propone Byung Chul-Han, es decir, un espacio de contemplación y reflexión. El pensamiento filosófico, señala el autor, o la creación (arte, escritura) son acciones que pueden elevar el alma y salvarla de ser quemada y agotada. En la misma lógica ¿qué podría afectar el estado de ánimo de una persona en tiempos difíciles? Se puede hipotetizar al afirmar que el bombardeo de información, el exceso de lecturas de carácter expositivo e informativo o el aumento de los seminarios, charlas, foros virtuales dejan poco espacio para imaginar y crear y dando espacio al estrés y agobio. En el ámbito educacional, se ha optado por seguir haciendo clases virtuales y entregar guías que llevan a los/as estudiantes a la lectura, sin embargo, cuando se plantea que la promoción de la lectura y el acto de leer es un apoyo emocional, en contextos como el actual, se refiere a la lectura por goce y no como una obligación. Luis Bernardo Yepes Osorio señala que:

“[…] cuando los niños en Medellín habitan sin misericordia las calles y cuando los gobernantes perpetúan la tiranía y la inequidad, atisba la desesperanza, y como cuchillo escarbando en carne viva, surgen las preguntas en relación con la capacidad transformadora y la efectividad del oficio de hacer lectores” (72).

El oficio que menciona Yepes Osorio alude a la formación de lectores consolidada, es decir, la democrática libertad de elegir la lectura como un goce y placer estético que produce el desarrollo intelectual, emocional y reflexivo del mundo que se habita. En ese sentido, la mediación y promoción de la lectura es una actividad liberadora cual Virgilio guía a Dante hacia los círculos del infierno. Este trabajo propone potenciar la lectura como acción para mitigar el daño emocional que produce el contexto causado por la pandemia mundial ¿Cómo hacerlo? por ejemplo, en primer lugar, por medio de la lectura oral en redes especialmente dedicadas para estudiantes (audiolibros, cuenta cuentos) y también los cubes de lectura virtuales son opciones alentadoras. En segundo lugar, sería la socialización de la lectura por medio de encuentros virtuales mediante aplicaciones como Zoom, Meet o Jitsi, sin embargo, considerando la actual brecha de conectividad solo bastaría con proponer textos y facilitarlos mediante bibliotecas digitales o documentos liberados de derecho de autor. En ese escenario, en una segunda etapa alternativa, es posible grabar un video o mensaje de voz para proponer directrices que guíen la lectura y que apoyen la reflexión de dichos textos.

En cuanto a la creación, o eje de escritura, las redes sociales pueden ser un magnífico canal para hacer actividades grupales y concursos que motiven a los/as estudiantes a crear con palabras y dejar volar la imaginación. Para ello las técnicas de vanguardia pueden entregar entretenidas dinámicas que relajen y eleven habilidades cognitivas superiores, por medio de la confección de un Quebrantahuesos o Artefactos Literarios homenajeando al gran Nicanor Parra. Siempre se debe considerar que el texto elegido, las actividades y las preguntas deben “hacer sentido” o ser una luz en medio del túnel en el cual se encuentra el/la lector/a. Estas son algunas, de muchas, buenas prácticas de lectura que se han llevado a cabo por bibliotecarios/as, profesores/as y mediadores/as que han sido un puente entre lectores/as, obras y un contexto extraño de recepción que no se ha había experimentado en décadas.

            La sociedad actual vive inmersa en el cansancio crónico que Byung Chul-Han define como el cansancio de la sociedad del rendimiento, es decir, el agotamiento y quema del alma debido al modelo que promueve la misma sociedad (producción, consumo). En este aspecto, se podría ver la paradoja de la libertad ¿qué nos hace libres hoy en relación a los tiempos prepandémicos?

Sin embargo, acá se pueden situar las propuestas de este trabajo, se presenta el cansancio fundamental que correspondería a la facultad especial que inspira y activa una forma de ver que permite la creación y la reflexión. En este sentido, la lectura sería una manifestación del concepto que propone Byung Chul-Han. Para concluir, se puede sostener que la reflexión, imaginación y creación que proporciona la lectura por gusto y goce libre son claves como apoyo emocional en el contexto universal en el que se encuentran miles de personas. Como sostiene Gianni Rodari, en el prólogo de Gramática de la fantasía, El uso de la palabra total “para todos”, en este caso lectura y educación para todos/as, suena bello y democrático no para que todos/as sean artistas, sino que para que nadie sea esclavo (7).

Bibliografía

Byung Chul-Han. La sociedad del cansancio. Barcelona: Editorial Herder, 2012.

García,Jesús y Martín José . «El coronavirus y la asfixia educativa: el confinamiento deja sin protección a la infancia más vulnerable. «Chile Desarrollo Sustentable. 17 de abril 2020. Chile Desarrollo Sustentable. 15 de junio 2020 https://www.chiledesarrollosustentable.cl/empresas-sustentables/responsabilidad-social/el-coronavirus-y-la-asfixia-educativa-el-confinamiento-deja-sin-proteccion-a-la-infancia-mas-vulnerable/.

Rodari, Gianni. La gramática de la fantasía. Barcelona: Editorial Argos Vergara, 1983.

Yepes Osorio, Luis Bernardo. No soy un gánster, soy un promotor de la lectura. Bogotá: Panamericana Editorial, 2012.

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